
"Doomscroll". "Brainrot". Estos términos, y otros parecidos, se refieren a la cantidad de tiempo que pasamos absorbiendo la negatividad de las noticias y las redes sociales de nuestro teléfono. Y se han convertido rápidamente en parte de nuestro vocabulario cotidiano.
La preocupación por el doomscrolling no es gratuita: persiste la inquietud por el uso de smartphones y redes sociales y la salud mental, sobre todo entre los adolescentes. Según el Pew Research CenterSegún un estudio de la OMS, aproximadamente la mitad de los adolescentes afirman que las redes sociales tienen un efecto negativo sobre todo en las personas de su edad, y los padres suelen estar aún más preocupados. Además, aunque los medios sociales pueden ser un gran conector, también pueden contribuir a problemas de salud mental.
Sabiendo esto, ¿por qué muchos de nosotros seguimos pegados a nuestros teléfonos? Independientemente de la edad, el uso de teléfonos inteligentes es simplemente un hecho cotidiano para la mayoría de las personas en los EE.UU. Los usamos para comprar, comunicarnos y navegar. Y a veces, nuestro uso del teléfono puede salirse de control, volviéndose excesivo y potencialmente perjudicial para nuestra salud mental.
Muchos se han apresurado a referirse al uso excesivo de los teléfonos inteligentes como "adicción al teléfono", pero actualmente no es un diagnóstico de salud mental ampliamente aceptado. Aun así, a muchas personas les resulta difícil regular su uso del teléfono, lo que puede provocar o contribuir a problemas de salud mental como la ansiedad y la depresión.
Una de las razones por las que nuestros teléfonos móviles pueden ser tan irresistibles es porque el uso de smartphones -especialmente las redes sociales- activa nuestras vías dopaminérgicas. El neurotransmisor dopamina refuerza la anticipación de recompensas. Nuestros teléfonos están llenos de recompensas. Las redes sociales están diseñadas para que te desplaces por ellas en espera del "golpe" que te haga sentir bien, y la dopamina hace que ese desplazamiento también te haga sentir bien. Aunque no se puede ser adicto a la dopamina, actúa como motivador de muchos hábitos.
¿Qué debe hacer? Tirar el smartphone a la basura probablemente no sea la mejor opción, así que aquí tienes seis cosas que puedes hacer para cultivar una relación sana con tu teléfono.
- Explora tu experiencia. Muchos teléfonos pueden darte información sobre el tiempo que pasas frente a la pantalla y el uso que haces de ella: ¿Cuánto tiempo pasas realmente en el teléfono? ¿Qué aplicaciones ocupan más tiempo? Las respuestas pueden ser sorprendentes y te proporcionarán información básica sobre tus hábitos.
- Evalúe sus necesidades. Compruébelo usted mismo: ¿cómo se siente? ¿Sientes más estrés o ansiedad cuando utilizas el teléfono? ¿Hay cosas en las que preferirías emplear tu tiempo? ¿Para qué tienes que utilizar el teléfono?
- Haz una agenda telefónica. La mayoría de nosotros necesitamos nuestros smartphones con demasiada frecuencia como para dejar de utilizarlos por completo. Pero poner límites a cuando puede ayudar. A menudo nos levantamos y cogemos el móvil inmediatamente por la mañana, lo que desencadena un ciclo de desplazamiento y ansiedad. Intenta no utilizar el teléfono durante los primeros 30 minutos del día. Darte un respiro puede ser una buena forma de empezar la mañana. Haz lo mismo por la noche. Dormimos mejor cuando reducimos nuestra exposición a las pantallas y a la luz azul, así que prueba a no utilizar el móvil durante una hora antes de acostarte.
- Pon límites a la aplicación. Los teléfonos inteligentes suelen tener funciones que te permiten establecer límites de tiempo de pantalla en determinadas aplicaciones, desactivándolas automáticamente. Puedes establecer un límite de 30 minutos en tus redes sociales favoritas durante la semana y un poco más los fines de semana.
- Gestiona tus notificaciones. Si tu teléfono no para de sonar, es difícil ignorarlo. Prueba a desactivar algunas notificaciones, a ponerlas en silencio o a entregar todas las notificaciones en un paquete a determinadas horas del día. Cada teléfono tiene sus propias opciones, así que explora las tuyas y experimenta.
- Limpia la pantalla de inicio de tu teléfono. Elimina las aplicaciones que te distraen para poder centrarte en las que te importan y tener menos tentaciones cuando abras el teléfono.
Estos pasos pueden ser un punto de partida para controlar el uso del teléfono y llevar un estilo de vida más saludable. Para obtener más recursos sobre el uso de las redes sociales, lee nuestras entradas de blog Cómo ayudar a los adolescentes a crear hábitos saludables en las redes sociales y Tres maneras de utilizar las redes sociales de forma positiva. Si el uso del teléfono tiene un impacto significativo en tu salud mental y tu bienestar y te parece incontrolable, busca ayuda y apoyo profesional.
Más consejos y herramientas para comprender y responder a los problemas de salud mental propios y ajenos, inscríbase hoy mismo en un curso de Primeros Auxilios en Salud Mental.
Referencias:
Anderson, M., Faverio, M., Park, E. (2024, 11 de marzo). Cómo abordan el tiempo frente a la pantalla los adolescentes y sus padres. Centro de Investigación Pew. https://www.pewresearch.org/internet/2024/03/11/how-teens-and-parents-approach-screen-time/
De-Sola Gutiérrez, J., Rodríguez de Fonseca, F., & Rubio, G. (2016). Adicción al móvil: una revisión. Fronteras de la psiquiatría, 7, 175. https://doi.org/10.3389/fpsyt.2016.00175
Katzenstein, J. (s.f.). Adicción a los dispositivos electrónicos. Medicina Johns Hopkins. https://www.hopkinsmedicine.org/health/conditions-and-diseases/behavior-disorders/addiction-to-electronic-devices
Centro de Investigación Pew. (2024, 13 de noviembre). Ficha móvil. https://www.pewresearch.org/internet/fact-sheet/mobile/#find-out-more
Ratan, Z. A., Parrish, A. M., Zaman, S. B., Alotaibi, M. S., & Hosseinzadeh, H. (2021). Smartphone addiction and associated health outcomes in adult populations: a systematic review. Revista Internacional de Investigación Medioambiental y Salud Pública, 18(22), 12257. https://doi.org/10.3390/ijerph182212257
Roberts, J.A., Yaya, L. H. P., & Manolis, C. (2014). The invisible addiction: cell-phone activities and addiction among male and female college students. Revista de adicciones conductuales. 3(4), 254-265. https://doi.org/10.1556/jba.3.2014.015
Westbrook, A., Ghosh, A., van den Bosch, R., Määttä, J. I., Hofmans, L., & Cools, R. (2021). Striatal dopamine synthesis capacity reflects smartphone social activity. iScience, 24(5), 102497. https://doi.org/10.1016/j.isci.2021.102497
